EL BUDA VIAJERO
Preside el salón. Desde una estantería de Ikea, encima de las obras completas de Miguel Delibes, de 2 ó 3 novelas de Saramago, y de ejemplares varios de revistas de muebles, domina el espacio. Regalo de unos amigos, Juan y Mari, tras un viaje a Tailandia, aún recuerdo sus palabras en el momento de la entrega: “A ver si te da un poco de serenidad, ja ja”. De sus manos a las mías, de las mías a una mesa en una esquina del salón. Desde allí un largo camino hasta el éxito. Ha pasado por una repisa sobre un radiador, más tarde compartió espacio y protagonismo con un jarrón pintado a mano de Talavera de la Reina, difícil coexistencia, en un mueble en la entrada de la casa. Tiempo después llegó a mi habitación para desde ahí pasar a ocupar su lugar privilegiado actual, desde donde, por qué no reconocerlo, me da un poco de paz.
Pedro
PRÓXIMA ESTACIÓN: CRACOVIA
Al manejar las posibilidades del lugar de destino de las próximas vacaciones los recuerdos hicieron acto de presencia.
Corría el año mil novecientos ochenta y tres en el que buena gente de Cracovia nos invitaron a su ciudad. Por aquel entonces la situación política del país no era la idónea y con gran pesar decidimos declinar dicha invitación.
Con el paso del tiempo aquel viaje no llegó a realizarse y curiosamente no hace mucho escuché la opinión de la única persona que conozco que allí ha viajado. Le sorprendió gratamente y resulto curioso que en dicha conversación sobre viajes, no nombró el resto de los más de treinta países que figuran en su currículo viajero.
Cualquier lugar tiene motivos para convertirlos en encantos, como puedan ser entre otros los culturales, arquitectónicos, culinarios y tradiciones de sus gentes.
Y ese lugar parece estar destinado a Polonia
Ra
No hay comentarios:
Publicar un comentario